Photo by Joelle Santos @azuquita.prieta
Aguacates criollos son los de tu ombligo…Criollos tus ojos trigueños.
El cafetal, es mío, al estar clavado en los
huesos de la mecedora de chivo.
Criolla tu espalda.
Criollo tu ombligo.
¡Ombe! No soy humano desde qué
encontré el barro de tu sonrisa campesina.
Ya este no es que camina.
La trigueña es que su puesto pisa.
Lo amarró los aguacates de tu lengua
y del medio cuerpo.
Morir en aceite poco le concierne.
Tragarse de golpe quiere;
el monte,
y lo risueño de sus verdes rincones,
y que sea más una amahaca
donde reposen sus nombres.